En física y química, la teoría atómica es una teoría de
la naturaleza de la materia, que afirma que está compuesta por pequeñas
partículas llamadas átomos.
El primero en proponer una teoría atómica de la materia fue Demócrata, filósofo
aristocrático, quien en el siglo V a. C. afirmó que todo
estaba compuesto por pequeñas piezas a las que llamó átomos (del griego ἄτομον, indivisible).
Su teoría fue prontamente olvidada. Recién en el siglo XIX tal idea
logró una extensa aceptación científica gracias a los descubrimientos en el
campo de la estequiometria. Los químicos de la época creían que las
unidades básicas de los elementos también eran las partículas fundamentales de
la naturaleza (de ahí el nombre de átomo, «indivisible»). Sin embargo, a
finales de aquel siglo, y mediante diversos experimentos con el electromagnetismo y
la radiactividad, los físicos descubrieron que el denominado "átomo
indivisible" era realmente un conglomerado de diversas partículas
subatómicas (principalmente electrones, protones y neutrones),
que pueden existir de forma aislada. De hecho, en ciertos ambientes, como en
las estrellas de neutrones, la temperatura extrema y la elevada presión impide
a los átomos existir como tales. El campo de la ciencia que estudia las
partículas fundamentales de la materia se denomina física de partículas.
DESCUBRIMIENTO DE LAS PARTÍCULAS SUBATOMICAS
Hasta 1897,
se creía que los átomos eran la división más pequeña de la materia, cuando J.J
Thomson descubrió el electrón mediante su experimento con el tubo
de rayos catódicos.1 El
tubo de rayos catódicos que usó Thomson era un recipiente cerrado de vidrio, en
el cual los dos electrodos estaban separados por un vacío. Cuando se
aplica una diferencia de tensión a los electrodos, se generan rayos
catódicos, que crean un resplandor fosforescente cuando chocan con el extremo
opuesto del tubo de cristal. Mediante la experimentación, Thomson descubrió que
los rayos se desviaban al aplicar un campo (además de desviarse con los campos
magnéticos, cosa que ya se sabía). Afirmó que estos rayos, más que ondas,
estaban compuestos por partículas cargadas negativamente a las que llamó
"corpúsculos" (más tarde, otros científicos las rebautizarían como electrones).
Thomson creía que los corpúsculos surgían de los átomos del electrodo. De esta
forma, estipuló que los átomos eran divisibles, y que los corpúsculos eran sus
componentes. Para explicar la carga neutra del átomo, propuso que los
corpúsculos se distribuían en estructuras anilladas dentro de una nube positiva
uniforme; éste era el modelo atómico de Thomson o "modelo del
plum cake".
Ya que se vio que los átomos eran realmente divisibles, los físicos inventaron
más tarde el término "partículas elementales" para designar a las
partículas indivisibles.
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